Sentido común y recomendaciones para proteger tu móvil

Las técnicas de rooting y jailbreaking permiten eliminar las limitaciones de los fabricantes en los dispositivos móvil. La primera hace referencia a los dispositivos Android, mientras que la segunda está ligada a los móviles IOS. Al llevar a cabo estas técnicas, el usuario obtiene un acceso absoluto al móvil. Tanto a su sistema operativo como a su funcionamiento. Estas prácticas pueden traer consigo tres consecuencias perniciosas en materia de seguridad:

  1. Invalidan la garantía del fabricante.
  2. Pueden dejar el móvil inservible si no se realizan correctamente.

Las limitaciones del fabricante ayudan a que el dispositivo funcione de manera óptima y a limitar los ataques producidos por aplicaciones maliciosas. Anular las restricciones del fabricante puede conllevar riesgos de seguridad

Otras de las recomendaciones para proteger tu móvil que debes tener en cuenta es descargar únicamente aplicaciones seguras. Hoy en día, nuestros móviles cuentan con decenas de apps diferentes. Desde aplicaciones bancarias hasta aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales.

Por ello, es importante asegurarse antes de descargarlas e instalarlas en el dispositivo de que son seguras.

En este sentido, es fundamental emplear solo tiendas oficiales para realizar este tipo de descargas y revisar, como en el caso de los antivirus, las reseñas de otros usuarios.

Como señalamos al inicio, el sentido común es la principal medida de seguridad para evitar ataques contra nuestros dispositivos. Si una aplicación muestra visos de no ser fiable, lo mejor que podemos hacer es no descargarla.

Esta recomendación es absolutamente crucial. Puede ser que a la hora de descargar e instalar las aplicaciones, seamos, por lo general, bastante precavidos. Sin embargo, en la concesión de permisos, muchas personas aceptan todo lo que les piden las aplicaciones. De esta forma les dan acceso a sus contactos, a su micrófono o a su ubicación. Aunque la aplicación no requiera ninguno de estos permisos para funcionar de forma óptima.

Como consecuencia de ello, se abre la puerta a la vulneración de la privacidad y seguridad del móvil y, por ende, del usuario. Los riesgos van desde la suplantación de identidad hasta el envío de spam o virus, pasando por ataques de ingeniería social y sustracción de datos personales. Y varían en función de a qué información o funcionalidades del dispositivo se le concede acceso a la aplicación maliciosa o vulnerada.

¿Cuál es la mejor forma de evitar estos riesgos? A la hora de instalar las aplicaciones, otorgarles únicamente los permisos que resulten imprescindibles para su funcionamiento. A posteriori, revisar los permisos concedidos a cada app y analizar si son coherentes con sus características y funcionalidades. En caso de no serlo, deben revocarse.

No basta con controlar qué instalamos en nuestros dispositivos móviles y qué permisos de acceso le damos. También es fundamental supervisar las conexiones que empleamos para garantizar que son seguras. Esto es fundamental en lo que respecta a las conexiones WiFi, pero también en lo relativo al Bluetooth y al NFC.

9.1. WiFi

Las redes de conexión WiFi pueden ser públicas o privadas. La seguridad de las segundas dependerá, en buena medida, del nivel de protección de su contraseña y del router al que nos conectamos. Cuánto más sólidos sean sus sistemas de seguridad, más improbable será que puedan ser vulnerados y el WiFi se convierta en un camino de acceso de los atacantes a nuestros dispositivos.

Mientras que en lo relativo a las redes públicas, cada vez más abundantes tanto en establecimientos como en espacios públicos, es importante ser precavidos. Puesto que, a través de este tipo de redes, los agentes maliciosos pueden lanzar ataques para monitorear lo que hacemos con nuestro dispositivo y acceder a información delicada.

Por ello es importante, por una parte, asegurarnos de que nuestro móvil no tiene habilitada la opción de conectarse automáticamente a cualquier red WiFi abierta, de tal forma que esté conectado a una sin que nosotros seamos conscientes de ello. Lo cual podría tener graves consecuencias.

Hoy en día la mayoría de nuestras aplicaciones intercambian la información cifrada, por lo que el riesgo de compartir información privada a través de una red WiFi pública es menor. Aun así, es recomendable emplear VPN en nuestro móvil a la hora de conectarnos a redes que no nos ofrecen todas las garantías de seguridad o privacidad.

Mediante las conexiones Bluetooth podemos comunicar varios dispositivos que se encuentran próximos. Una vez que no estemos empleando activamente el Bluetooth, es fundamental desconectarlo, puesto que si continúa activado puede abrir las puertas de nuestro dispositivo a los atacantes, rastreando nuestra posición o suplantando dispositivos Bluetooth conocidos.

Si el Bluetooth está activado, este envía de manera constante una señal para poder conectarse con otros dispositivos próximos. A partir de ésta, los agresores pueden detectar nuestro dispositivo móvil y lanzar un ataque. Ya sea con el objetivo de recabar datos personales o para transferir a nuestro móvil un archivo malicioso.

Para securizar el ecosistema Bluetooth, el equipo de Innovación de Tarlogic ha llevado a cabo una investigación que muestra los problemas de seguridad de los dispositivos que emplean este estándar global y ha desarrollado la metodología BSAM, que permite llevar a cabo evaluaciones de seguridad de estos dispositivos.

En los últimos años se ha extendido el uso de la tecnología NFC que permite realizar pagos sin necesidad de tener a mano una tarjeta bancaria física. Así, no tenemos que llevar ni dinero en metálico ni tarjeta de crédito o débito, solo con tener nuestro móvil con nosotros podemos efectuar pagos.

Si bien el NFC es extremadamente útil, también es peligroso si no lo empleamos bien, puesto que, si se vulnera, permite el acceso de los agresores a un área especialmente sensible de nuestra vida: el dinero que tenemos en la cuenta del banco. Aunque se requiere estar cerca de un dispositivo malicioso para poder sufrir un robo por NFC, y su probabilidad es baja, es una buena práctica de seguridad activar el NFC cuando se vaya a realizar un pago y desactivarlo acto seguido. Ya que, si lo dejamos activado, un delincuente puede aprovecharse y realizar un cargo indebido a nuestra tarjeta

Además de todos los ataques que pueden poner en marcha los ciberdelincuentes, hay un elemento más mundano a tener en cuenta a la hora de pensar en recomendaciones para proteger tu móvil: la posibilidad de perderlo. Nadie es perfecto y todos tenemos algún que otro olvido. Si has perdido tu móvil, no entres en pánico, puesto que hay dos acciones básicas que puedes acometer

Por una parte, tanto en IOS como en Android puedes localizar tu dispositivo. En el caso de Android es imprescindible haber ingresado con la cuenta de Google y que el aparato tenga la geolocalización activada.

En caso de que esta opción no se puede llevar a cabo o no dé resultados, es crucial eliminar las cuentas vinculadas al dispositivo móvil. Puesto que éstas contienen una enorme cantidad de información sobre el usuario. Quién es, a qué se dedica, cuál es su rutina, con quién se comunica, qué le gusta, dónde vive… Así como fotos, videos, mensajes o documentos.

Por ello, es imprescindible desvincular las cuentas de Google en los móviles Android y de Apple en los IOS. Pero también las cuentas de redes sociales (Instagram, Twitter…), aplicaciones de mensajería instantánea (WhatsApp, Telegram…), tarjetas y cuentas bancarias y otras cuentas que puedas tener vinculadas.

Además, si creemos que nuestro móvil ha sido robado, podemos bloquearlo, haciendo imprescindible que todo aquel que pretenda usarlo sepa la contraseña. O borrar los datos en remoto e, incluso, bloquear la tarjeta SIM o bloquear el móvil por IMEI, tras denunciar su sustracción ante la Policía.

Guarda a buen recaudo los códigos de respaldo de tu segundo factor de autenticación de cuentas como Google para que en el caso de pérdida de tu teléfono puedas bloquear y restaurar accesos con las mayores garantías.

Además de implementar las recomendaciones para proteger tu móvil que venimos de describir, también puedes poner en marcha acciones de manera previa, de cara a estar preparado y minimizar los riesgos en caso de pérdida o robo del móvil.

Por ejemplo, es recomendable revisar las cuentas vinculadas de forma periódica. Puesto que así sabremos perfectamente de qué cuentas se tratan y la tarea de desvincularlas será más rápida y eficiente.

Asimismo, es fundamental asegurarnos de que todas nuestras cuentas vinculadas cuentan con contraseñas seguras y que no puedan ser fácilmente vulneradas. En esta misma línea, es recomendable contemplar la opción de establecer un doble factor de autenticación en aquellos servicios o apps que nos lo permitan. Todas estas medidas que hemos ido desgranando, contribuyen de manera crucial a proteger tu móvil frente a los ciberdelincuentes y a salvaguardar toda la información que figura en él. Si bien estas 10 recomendaciones para proteger tu móvil son de gran utilidad, el sentido común es la base de toda la estrategia de seguridad de nuestros dispositivos móviles. Por ello, antes de tomar ninguna decisión, es preciso meditarla y actuar con precaución y cautela. La protección de nuestros datos y de gran parte de nuestra intimidad están en juego.

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